El «delito» de ser mujer II

Si, como dijo la pensadora francesa Simone de Beauvoir: «no se nace mujer, se llega a serlo», hay millones de ellas en todo el mundo que morirán intentándolo. Velos que al descubrirse delatan el terror, abortos indiscriminados para un control deshumanizado de natalidad, multilaciones salvajes, prostituición como propaganda turística. Nunca un pecado tan indemostrado se ha purgado tanto y injustamente.

Ninguna inocencia es tan fácil de demostrar como la del «pecado» cometido por el hecho de ser mujer. Y, sin embargo, pocos hay también que arrasten de una manera tan continuada y arbitraria condenas absurdas. Frente a la teoría de que la condición femenina ha mejorado, una realidad: quedan demasiadas ablaciones, aborto, prostitutas con hambre, baños prohibidos en la playa a golpe de fusil y anticonceptivos con efectos secundarios.

Cuba: orgullosos de sus prostitutas

Echamos un vistazo al régimen castrista, que tanto presumió de promover los derechos de la mujer, ahora que Raúl se enorgullece de sus «jineteras» (prostitutas más o menos encubiertas) a las que en círculos gubernamentales los amigos de la poesía califican como G.A.I.T. (Grupo de Apoyo al Turismo Internacional).

Algunos datos más para finalizar: las japonesas ganan 50 por ciento menos que sus colegas varones, en Kuwait las mujeres no pueden votar y mucho menos ser elegidas, y en EE.UU. las compañías de seguros incluyen una exhaustiva investigación en el caso de que su clienta esté casada, ya que si ésta recibe malos tratos por parte del marido se le negará la suscripción de la póliza. Para terminar una buena noticia, las Fuerzas Armadas de Israel, como consideración a la mujer, han incluido desde hace algunos años un curso de cosmética para sus cuerpos femeninos.

“Las mujeres sostienen la mitad del cielo»- proverbio chino

Giordano Bruno

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