Dinero & Pareja: Juntos pero separados

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Dinero & Pareja: Juntos pero separados

Hay muchas maneras de manejar el dinero en la pareja. Y, si bien no existe una única receta infalible, cada vez son más las que optan por finanzas divididas o por una cuenta conjunta que les haga espacio a las metas propias.

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Así, una multitud de mujeres decidió que lo mejor era ocuparse de ciertos gastos y disponer de un ahorro propio para practicar tai-chi, hacer un postgrado en Barcelona o tomarse un fin de semana con amigas. Muchas se cansaron de hablar de un dinero común del cuál realmente no disponían. Incluso, las que optaran por cuentas implementaron métodos para poder disponer de ahorros destinados a aspiraciones personales. La idea en estos casos, por ejemplo, es fijar, una cantidad de dinero para gastar semanalmente en lo que surja, sin tener que pedirle permiso al otro.

 

¿Contigo pan y cebolla?

Independencia, finanzas más claras y disponibilidad de ahorro propio que les da libertad para usarlo como mejor les parezca –comprarse algo sin culpa, hacer un regalo sorpresa, invertir en un curso caro– son los mayores beneficios de tener cuentas separadas.

Quienes optan por una cuenta única, en cambio, simplifican trámites, que la relación es más equilibrada y, sobre todo, les resulta más práctico que los dos tengan acceso a la misma plata. Ya se sabe: quien tiene el dinero domina. Y, en este caso no hay tuyo y mío, ni cuentas que dividir, ni pedir prestado. Además, los ingresos desparejos no quedan en evidencia. Y, aunque cueste pensar en desgracias, una cuenta conjunta es una ventaja en caso de que algún sufra un accidente o muera. En contra, surge la dificultad de mantener un control de gastos cuando los dos extraen del mismo lugar. Uno debe pensar que existe cierto mono que, en realidad, el otro ya usó.

 

Autonomía de vuelo

La dependencia de la mujer en la pareja por obra y gracia del manejo del dinero está en franca decadencia. Ya que cada uno trabaja y gana su dinero propio, ¿por qué no tener independencia económica?

Lo tradicional era que el hombre fuera no sólo el proveedor del dinero, sino que incluso tenía la obligación de ser el administrador de los bienes y el ingreso de la mujer. El cambio radical fue a partir de dos cosas: el acceso de la mujer al mercado de trabajo y, luego, a los puestos de dirección, y algún grado de igualación en cuanto a los ingresos. Giordano BrunoA no ser que sean demasiados tradicionalistas, la mayoría de las parejas acepta encantada la tendencia de cuentas individuales. Pero hay que tener en cuenta un detalle: Se puede tener finanzas separadas pero, si un día un cónyuge pierde todo su dinero y le dice a su pareja ‘necesito que vos me banques’, el otro tiene la obligación de hacerlo. Por lo menos, debe proveerle el sustento. Pero, ¿qué pasa en las parejas de hecho, cuando hay obligación legal de por medio? Hoy es común estrenar una vida en conjunto sin la aprobación de un juez. Muchos para barnizar la unión de solemnidad, de trascendencia, de romanticismo, compran algunos bienes con plata de los dos o, simplemente deciden que los une el amor y no una libreta. Pero, cualquier caso puede ser reevaluado y transformado, cuestión de que los dos sigan cómodos con la opción elegida. La clave por estos días parece ser, simplemente, renunciar a la dependencia.

 

 

Giordano Bruno

DIRECTOR

Author | Giordano Bruno Comments | 0 Date | 01/12/2016

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